VIOLENCIA
Según el ENDIREH (2005), el 46.6% de las mujeres encuestadas sufrieron al menos un incidente de violencia en el 2004 en México; 96 de cada 100 personas que viven violencia, son mujeres, dato que muestra la violencia como consecuencia de una educación desigual basada en el género.
La familia es considerada como la base de la sociedad, ya que en ella se transmiten los valores y la cultura de generación en generación. Su organización ha cambiado a lo largo de la historia, sin embargo, no desaparece: se modifica.
Desgraciadamente en nuestro País, la mujer ha sido destinada tradicionalmente a labores domésticas (como casarse, cuidar su hogar, “atender” al marido e hijos), y dedicarse a “dar”, más no a “recibir”, ya que esto le genera “culpa”. Le es difícil defenderse y marcar límites, por lo que es común que surja la violencia del cónyuge hacia la mujer, pues ella ha sido educada para obedecer al marido, y en múltiples casos, se desarrolla un gran temor hacia el esposo.
Por otro lado, desde la época de los aztecas, a los hombres se les educaba como guerreros, es decir, se les adiestraba a engrandecerse a través de la violencia y la destrucción.
Tipos de Violencia
1. Física: Cualquier acto de agresión contra el cuerpo: golpear, realizar cortaduras, quemaduras, empujar, etc.
2. Psicológica: Agresiones verbales, amenaza, indiferencia, insulto, celos excesivos, amenazas, humillar en presencia de familiares o amigos.
3. Económica: El reclamo sobre cómo se gasta el dinero, la prohibición para trabajar o estudiar, la acusación de que la pareja se ha gastado el dinero destinado al hogar en otras cosas de menor importancia, la amenaza de no recibir el gasto o que el cónyuge se adueñe de bienes que eran propiedad de la persona.
4. Sexual: Consiste en obligar a la persona a realizar un acto sexual no deseadas o que generen dolor, culpa, molestia o vergüenza.
Para que exista la violencia tienen que co-existir dos situaciones: un AGRESOR que a través de la represión y agresión física, verbal o sexual pretenda ejercer su control sobre otra; y del otro lado UN RECEPTOR, al que se le dificulte poner límites por su propia historia de vida.
1. Agresión y violencia por parte del agresor
2. Negación: “No pasa nada” , “Me lo merezco, solo fue un golpecito”.
3. Dependencia: “El va a cambiar”, ¿”Qué hago sin él?
4. Arrepentimiento del agresor: etapa de “luna de miel” en la que pide perdón y “jura no volverlo a hacer”.
5. Agresión y violencia otra vez.
Para lograr este objetivo es importante buscar el bien común de cada miembro familiar; marcar reglas de comunicación claras, permitir la libre expresión y la existencia de límites justos o razonados; la flexibilidad y el reacomodo a nuevas situaciones también son elementos necesarios.
Es fundamental el mantener comunicación estrecha con los hijos y confiar en ellos, así como el permitir y enseñar a los hijos desde pequeños (principalmente a las niñas) a defenderse, ya que se ha demostrado que por miedo a ser castigados por los padres, los pequeños no se atreven a contarles a sus padres si han sido víctimas de violencia familiar. Se ha demostrado que el abuso sexual se da principalmente entre miembros de la propia familia,. Lo cual es alarmante.
1. Reflexionar sobre lo siguiente: nada justifica un acto violento, ningún acto violento en el hogar es “normal” ni mucho menos “natural”.
2. Decidirse a romper con el patrón de violencia.
3. Iniciar un tratamiento psicológico para recuperar la auto-confianza
4. Comunicarse con instituciones de apoyo.
5. Darse cuenta que existen herramientas funcionales para prevenir y detener un acto violento: la ley puede protegerte.
6. Utilizar la energía y la fuerza que has utilizado para soportar la situación violenta y el maltrato para combatirla.
Aprender de la experiencia: el mejor momento para el cambio es HOY.
http://www.serfelizsisepuede.com.mx
¿QUE ES LA VIOLENCIA FAMILIAR?
De acuerdo con cifras reportadas por la Dirección General de Equidad y Desarrollo Social, 96 de cada 100 personas que viven violencia, son mujeres, dato que muestra la violencia como consecuencia de una educación desigual basada en el género. De acuerdo con esta, se asignan ciertas características y funciones dependiendo del sexo; así, ttradicionalmente la mujer ha sido destinada a labores domésticas (cuidar su hogar, “atender” al marido e hijos), y dedicarse a “dar”, más no a “recibir”, ya que esto le genera “culpa”, en tanto que a los hombres, se les ha educado para conquistar a través de la violencia.
Hay varias formas de clasificar a la violencia, una de ellas permite hablar de tres tipos:
Física: Golpes, empujones, rasguños, quemaduras.
Psicológica: Insultos, celos, amenazas, humillaciones, peleas en presencia de familiares y amigos, limitaciones o prohibición de actividades.
Sexual: Celos, obligar a realizar actos sexuales no deseados, burlas o humillaciones sobre la actividad sexual.
Es importante señalar que en la mayoría de los casos no se presenta un solo tipo de violencia, además de que se suele presentar de forma recurrente, lo cual ha sido denominado por los especialistas como el “círculo de la violencia” y lo describen de la siguiente manera:
Agresión y violencia
Negación: “No pasa nada” , “Me lo merezco, solo fue un golpecito”.
Dependencia: “El va a cambiar”, “¿Qué hago sin él?”
Arrepentimiento del agresor (etapa de “luna de miel”)
Agresión y violencia otra vez.
Es importante señalar que en la mayoría de los casos no se presenta un solo tipo de violencia, además de que se suele presentar de forma recurrente, lo cual ha sido denominado por los especialistas como el “círculo de la violencia” y lo describen de la siguiente manera:
¿Qué hacer en caso de vivir una situación de violencia familiar?
Aceptar que la violencia no es natural y que nada la justifica.
Solicitar apoyo especializado.
Aprender de la experiencia: el mejor momento para el cambio es HOY.
http://www.serfelizsisepuede.com.mx
¡CÓMO ROMPER CON EL PATRÓN DE VIOLENCIA CON MI PAREJA?
De esta manera, la primera condición para eliminar la violencia en una relación de pareja, es reconocerla, aceptar que existe y que, por ejemplo, la petición de “no te pongas minifaldas” no es una expresión de cariño, sino una forma de represión; y es que comúnmente la violencia se asocia sólo a los golpes o los insultos; sin embargo los celos, el impedimento de que trabaje la mujer o de que la visiten sus amigos, el control de sus gastos y otras prohibiciones más, también son una forma de violencia.
Una mujer que vive violencia, independientemente de que la reconozca o no, suele presentar un deterioro importante en su autoestima y se siente culpable de los enojos y dificultades con su pareja; tiene pocos amigos o personas que la apoyen; también es probable que tenga un gran temor hacia su pareja y/o que viva bajo constantes amenazas; además, en muchos casos la familia le dice que es su “cruz” o que debe tolerar todo para que la relación continúe; por eso, es comprensible que en estas condiciones resulte tan difícil dar el siguiente paso: enfrentar la situación.
En la mayoría de los casos es importante que, una vez que se ha reconocido la violencia, se busque ayuda profesional para ella y su pareja con el objetivo de que reconozcan las creencias y mitos que fomentan este problema, además de aprender a resolver sus conflictos con otras herramientas; si él se niega a participar, el apoyo puede ser para ella sola, ya que a través de un proceso de terapia, podrá mejorar su autoestima, la confianza en sí misma y reconocerá sus derechos y las alternativas para hacerlos valer: recuerda que nada justifica un hecho violento.
¿Soy una persona que vive violencia de pareja?
¿Tu pareja toma siempre las decisiones en tu relación?
¿Constantemente sientes miedo a equivocarte porque tu pareja se enoja contigo?
¿Te golpea, insulta o avienta objetos cuando discuten?
¿Te cela constantemente y te acusa de ser infiel?
¿Te humilla en público?
¿Te prohíbe ver a tus amigos?
¿Controla tus ingresos?
Si respondiste afirmativamente a 2 ó más preguntas, es probable que estés viviendo una situación de violencia.
Una mujer que vive violencia, independientemente de que la reconozca o no, suele presentar un deterioro importante en su autoestima y se siente culpable de los enojos y dificultades con su pareja; tiene pocos amigos o personas que la apoyen; también es probable que tenga un gran temor hacia su pareja y/o que viva bajo constantes amenazas; además, en muchos casos la familia le dice que es su “cruz” o que debe tolerar todo para que la relación continúe; por eso, es comprensible que en estas condiciones resulte tan difícil dar el siguiente paso: enfrentar la situación.
En la mayoría de los casos es importante que, una vez que se ha reconocido la violencia, se busque ayuda profesional para ella y su pareja con el objetivo de que reconozcan las creencias y mitos que fomentan este problema, además de aprender a resolver sus conflictos con otras herramientas; si él se niega a participar, el apoyo puede ser para ella sola, ya que a través de un proceso de terapia, podrá mejorar su autoestima, la confianza en sí misma y reconocerá sus derechos y las alternativas para hacerlos valer: recuerda que nada justifica un hecho violento.
¿Tu pareja toma siempre las decisiones en tu relación?
¿Constantemente sientes miedo a equivocarte porque tu pareja se enoja contigo?
¿Te golpea, insulta o avienta objetos cuando discuten?
¿Te cela constantemente y te acusa de ser infiel?
¿Te humilla en público?
¿Te prohíbe ver a tus amigos?
¿Controla tus ingresos?
Si respondiste afirmativamente a 2 ó más preguntas, es probable que estés viviendo una situación de violencia.
http://www.serfelizsisepuede.com.mx
MI PAREJA ME MALTRATA ECONÓMICAMENTE
De acuerdo con algunas estadísticas, 9 de cada 10 personas que viven violencia son mujeres, de las cuales, 7 de cada 10 son agredidas por sus parejas, lo cual muestra que las creencias y las prácticas sobre lo que debe ser un hombre y una mujer en nuestra cultura, así como los mitos acerca del amor y la pareja, donde el dominio del hombre sobre la mujer es lo que se acostumbre, siguen vigentes y aún queda mucho trabajo por hacer para combatir la violencia desde sus raíces; sin embargo, la violencia en una pareja puede detenerse si se cuenta con la información y las herramientas necesarias.
De esta manera, la primera condición para eliminar la violencia en una relación de pareja, es reconocerla, aceptar que existe y que, por ejemplo, la petición de “no te pongas minifaldas” no es una expresión de cariño, sino una forma de represión; y es que comúnmente la violencia se asocia sólo a los golpes o los insultos; sin embargo los celos, el impedimento de que trabaje la mujer o de que la visiten sus amigos, el control de sus gastos y otras prohibiciones más, también son una forma de violencia.
Una mujer que vive violencia, independientemente de que la reconozca o no, suele presentar un deterioro importante en su autoestima y se siente culpable de los enojos y dificultades con su pareja; tiene pocos amigos o personas que la apoyen; también es probable que tenga un gran temor hacia su pareja y/o que viva bajo constantes amenazas; además, en muchos casos la familia le dice que es su “cruz” o que debe tolerar todo para que la relación continúe; por eso, es comprensible que en estas condiciones resulte tan difícil dar el siguiente paso: enfrentar la situación.
En la mayoría de los casos es importante que, una vez que se ha reconocido la violencia, se busque ayuda profesional para ella y su pareja con el objetivo de que reconozcan las creencias y mitos que fomentan este problema, además de aprender a resolver sus conflictos con otras herramientas; si él se niega a participar, el apoyo puede ser para ella sola, ya que a través de un proceso de terapia, podrá mejorar su autoestima, la confianza en sí misma y reconocerá sus derechos y las alternativas para hacerlos valer: recuerda que nada justifica un hecho violento.
¿Soy una persona que vive violencia de pareja?
¿Tu pareja toma siempre las decisiones en tu relación?
¿Constantemente sientes miedo a equivocarte porque tu pareja se enoja contigo?
¿Te golpea, insulta o avienta objetos cuando discuten?
¿Te cela constantemente y te acusa de ser infiel?
¿Te humilla en público?
¿Te prohíbe ver a tus amigos?
¿Controla tus ingresos?
Si respondiste afirmativamente a 2 ó más preguntas, es probable que estés viviendo una situación de violencia.
Una mujer que vive violencia, independientemente de que la reconozca o no, suele presentar un deterioro importante en su autoestima y se siente culpable de los enojos y dificultades con su pareja; tiene pocos amigos o personas que la apoyen; también es probable que tenga un gran temor hacia su pareja y/o que viva bajo constantes amenazas; además, en muchos casos la familia le dice que es su “cruz” o que debe tolerar todo para que la relación continúe; por eso, es comprensible que en estas condiciones resulte tan difícil dar el siguiente paso: enfrentar la situación.
En la mayoría de los casos es importante que, una vez que se ha reconocido la violencia, se busque ayuda profesional para ella y su pareja con el objetivo de que reconozcan las creencias y mitos que fomentan este problema, además de aprender a resolver sus conflictos con otras herramientas; si él se niega a participar, el apoyo puede ser para ella sola, ya que a través de un proceso de terapia, podrá mejorar su autoestima, la confianza en sí misma y reconocerá sus derechos y las alternativas para hacerlos valer: recuerda que nada justifica un hecho violento.
¿Tu pareja toma siempre las decisiones en tu relación?
¿Constantemente sientes miedo a equivocarte porque tu pareja se enoja contigo?
¿Te golpea, insulta o avienta objetos cuando discuten?
¿Te cela constantemente y te acusa de ser infiel?
¿Te humilla en público?
¿Te prohíbe ver a tus amigos?
¿Controla tus ingresos?
Si respondiste afirmativamente a 2 ó más preguntas, es probable que estés viviendo una situación de violencia.
http://www.serfelizsisepuede.com.mx
YO MUJER, ¿CÓMO PUEDO RECUPERAR MI AUTOESTIMA?
Estas ideas irracionales van en el sentido de tener que ser “buenas personas”, “sacrificadas”, “bellas físicamente”, “no enojonas”, etc… y una serie de demandas que van más en el sentido de cumplir estereotipos sociales, muchas veces inalcanzables y negando en cada momento el derecho que tenemos como humanos de poder expresar nuestras emociones sin ser cuestionadas.
Siendo así, la formación de la autoestima va en función de cumplir una serie de requisitos impuestos como: ser buena hija, esposa y madre, no cuestionar las decisiones de los demás, no enojarse, reclamar o pedir, ser sacrificada y atender a los demás en cada momento que lo necesiten. Cuando esta percepción se vuelve rígida, llegan a vivirse con una sensación de menosprecio, de poco valor y sentimiento de pérdida de identidad, por no cumplir con el mandato que hemos aprendido. O lo que la mayoría conoce como “problemas de autoestima”.
Qué hacer:
Primero hay que trabajar y reconocer todos los conceptos que se tienen con respecto a lo bueno o lo malo, esto es, identificar como nos enseñaron que tenemos que ser para ser apreciadas. Segundo, aprender a hablar de nuestros sentimientos, deseos y gustos, sin agredir a los demás. Tercero, conocer y reconocer que nuestro valor como mujeres y seres humanos no reside sólo en cumplir estereotipos sociales y cuarto y último, buscar apoyo psicológico para ir aprendiendo a reestructurar nuestros conceptos o ideas irracionales de cómo “tenemos” que ser y cambiarlos por el “como” queremos ser.
Te invito a contestar el siguiente cuestionario, con un SI o NO para identificar como esta tu autoestima:
1.- ¿Piensas que tu labor como mujer es obedecer a los demás?
2.- ¿Te sientes culpable contigo cada que te enojas o reclamas por algo que no te parece?
3.- ¿Se te dificulta pedir algo para ti a los demás?
4.- ¿Piensas que sólo las mujeres bellas o delgadas tienen suerte y son valoradas?
5.- ¿Esperas que los demás te reconozcan a partir de ser buena persona?
6.- ¿Has dejado de hacer actividades que te gustan por dedicarte a los demás?
Si respondiste a más de dos preguntas con un SI, te invitó a que nos llames para poderte orientar en la forma de empezar a trabajar y recuperar tu autoestima. En el Centro Nacional de Diagnóstico para las Enfermedades Emocionales contamos con un grupo de especialistas que con gusto de atenderán.
Siendo así, la formación de la autoestima va en función de cumplir una serie de requisitos impuestos como: ser buena hija, esposa y madre, no cuestionar las decisiones de los demás, no enojarse, reclamar o pedir, ser sacrificada y atender a los demás en cada momento que lo necesiten. Cuando esta percepción se vuelve rígida, llegan a vivirse con una sensación de menosprecio, de poco valor y sentimiento de pérdida de identidad, por no cumplir con el mandato que hemos aprendido. O lo que la mayoría conoce como “problemas de autoestima”.
Primero hay que trabajar y reconocer todos los conceptos que se tienen con respecto a lo bueno o lo malo, esto es, identificar como nos enseñaron que tenemos que ser para ser apreciadas. Segundo, aprender a hablar de nuestros sentimientos, deseos y gustos, sin agredir a los demás. Tercero, conocer y reconocer que nuestro valor como mujeres y seres humanos no reside sólo en cumplir estereotipos sociales y cuarto y último, buscar apoyo psicológico para ir aprendiendo a reestructurar nuestros conceptos o ideas irracionales de cómo “tenemos” que ser y cambiarlos por el “como” queremos ser.
Te invito a contestar el siguiente cuestionario, con un SI o NO para identificar como esta tu autoestima:
1.- ¿Piensas que tu labor como mujer es obedecer a los demás?
2.- ¿Te sientes culpable contigo cada que te enojas o reclamas por algo que no te parece?
3.- ¿Se te dificulta pedir algo para ti a los demás?
4.- ¿Piensas que sólo las mujeres bellas o delgadas tienen suerte y son valoradas?
5.- ¿Esperas que los demás te reconozcan a partir de ser buena persona?
6.- ¿Has dejado de hacer actividades que te gustan por dedicarte a los demás?
Si respondiste a más de dos preguntas con un SI, te invitó a que nos llames para poderte orientar en la forma de empezar a trabajar y recuperar tu autoestima. En el Centro Nacional de Diagnóstico para las Enfermedades Emocionales contamos con un grupo de especialistas que con gusto de atenderán.
http://www.serfelizsisepuede.com.mx